Bueno, pues aquí está, después de mucho tiempo, por fin terminada la trona. Ha sido un largo proceso y miles de dudas e inseguridades, quería que fuera tan bonita... me daba miedo meterle mano. Quería que fuera divertida y que llamara a sentarse a los mas pequeños pero a la vez con encanto.
Después de un costoso trabajo de decapado de capas y capas de pintura, decidí pintarla en azul agua, es un color precioso, lo miro y lo miro y cada vez me gusta más.
Hace unas semana
Silvia Gándara,
mi hermana, me propuso que hiciéramos algo en común, tenía una clienta que quería una mesilla, entonces se vino un fin de semana y nos pusimos manos a la obra. Ella fue la que me dio el empujón para terminar la ansiada trona, cada una por un lado le dimos los toques de color, esos lunares blancos sobre rojo que tanto me gustan, tenía que ponerlos. Es lo que tiene cuando de pequeña quieres unos zapatos de sevillana y no te los compran jejeje, que luego sin que tu pequeña te los pida, los ves un dia en un escaparate y te das el capricho de comprárselos.
La verdad es que cuando la terminamos me di cuenta de que ¡era bonita! Había conseguido con una gran ayuda lo que había soñado para esta trona, que fuera bonita, divertida y sobre todo, con encanto.
Como ya os dije, ese cojín que había tejido tenia su sitio, fue creado para ponerlo aquí. También podéis ver un detalle de una de las mariposas que están realizadas con la técnica de decoupage.
Espero que os guste tanto como a mi y sobre todo gracias Silvia fue divertido.
